Gobiernos digitales: Factor fundamental para la transformación digital

 Actualmente la digitalización de los gobiernos se considera una columna que soporta el éxito o fracaso de un gobierno

Gobiernos digitales: Factor fundamental para la transformación digital
La digitalización de los gobiernos ya no es solo una herramienta para el quehacer gubernamental, actualmente se considera una columna que soporta el éxito o fracaso de un gobierno.

Ante la vorágine de cambios propios de un mundo moderno y en particular del mundo de la tecnología, la resolución de problemas demanda medidas diferentes e innovadoras. La conectividad, el acceso a internet y el Big Data entre otros desarrollos de tipo tecnológico, ofrecen otra arena en la cual aplicar esas innovaciones, dejando de lado las soluciones tradicionales que regularmente implican una mayor cantidad de tiempo y esfuerzo para su realización.


Estas soluciones habituales pero cada vez menos vigentes, eran un común denominador en la administración pública en todos sus niveles. Día con día, su presencia se reduce y cambia por la implementación de herramientas o servicios tecnológicos que hacen que los trámites y acciones gubernamentales sean cada vez menos complicadas, limitativas y burocráticas.


Esa es la esencia de la transformación digital en el Gobierno. Hacer que los servicios que este ofrece, tengan base en la tecnología para facilitar a los usuarios su experiencia, mejorarla y hacerla más eficiente.


Aunque la tendencia es creciente, el proceso de transformación aún no se completa, tiene un camino amplio por recorrer todavía. Las instancias gubernamentales deben voltear hacia la aplicación tecnológica en sus servicios, puesto que esta no sólo mejora la experiencia del usuario, sino que, a futuro resultan menos onerosas y más eficientes que las versiones “no tecnológicas”.


Debemos considerar que la transformación digital es la apuesta actual de varios sectores de la sociedad, mismos que han hecho cambios profundos en su quehacer y han obtenido resultados favorables no sólo para ellos, sino también para los consumidores de sus servicios.


Los gobiernos, independientemente del orden que pertenezcan (municipal, estatal o federal), son centralizadores de una cantidad importante de servicios, tareas administrativas y trámites, acciones que son fundamentales en el funcionamiento de la sociedad, por lo que sería impensable considerarlos ajenos a la transformación mencionada.


Klaus Schwab menciona en su libro La Cuarta Revolución Industrial, que el uso más intenso e innovador de las tecnologías puede ayudar a las administraciones públicas a modernizar sus estructuras y funciones para mejorar el rendimiento general, desde fortalecer los procesos del «e-gobierno» hasta fomentar una mayor transparencia, responsabilidad y compromiso entre el gobierno y sus ciudadanos1.


Esa óptica, sumada a las tendencias actuales sobre el uso de la tecnología en los gobiernos pone de manifiesto la importancia de su uso para tornar a los gobiernos convencionales, en organismos eficaces y eficientes que cumplan su razón de ser de la mejor manera posible.


Sin embargo, un cambio de esa naturaleza, al ser de carácter estructural, no puede realizarse de forma tan sencilla, requiere inicialmente de una visión de evolución digital en la que los participantes posean las habilidades, conozcan los estándares y tengan la disposición de adaptarse a un nuevo ecosistema de trabajo en el que muchos factores cambiarán, en ocasiones de manera radical.


Debe considerarse que dicho cambio se da a nivel integral, implicando modificaciones de tipo organizacional, cultural, estratégico, metodológico y operativo, de procesos, competencias y dispositivos tecnológicos, por lo que es necesario contar con la capacidad de adaptación necesaria para hacer la transición de manera efectiva, lo que demanda que los gobiernos que se encuentren en ese proceso, cuenten procesos de planificación, capacidad de innovación y persistencia.


La digitalización de los gobiernos ya no es solo una herramienta para el quehacer gubernamental, actualmente se considera una columna que soporta el éxito o fracaso de un gobierno. Como se mencionó en párrafos anteriores, en los gobiernos se concentran una considerable suma de trámites, servicios y acciones de tipo administrativo, mismos que demandan su modernización en aras de su evolución, de su resiliencia y de su mejora continua.


Inconcebible sería que, ante la disrupción tecnológica, las entidades gubernamentales permanezcan inmutables y ajenas al cambio, puesto que los cambios que se suscitan en ellas muy regularmente acarrean dinámicas nuevas en el ecosistema social. Promover la evolución de un gobierno análogo a uno digital, es aceitar uno de los motores fundamentales para lograr la transición efectiva hacia la transformación y democratización digital.


Fuente: Suplemento Campus

Publicación siguiente Publicación anterior
Sin comentarios
Agregar comentario
comment url